Inter, Milito y Mourinho campeones de Europa

La final de la Champions estaba por llegar. Un gran espectáculo previo, le daba un toque más para asegurar que esta fue una final especial. Mujeres vestidas de negro bailando como a control remoto, se van de la cancha corriendo velozmente, las banderas enormes con los escudos parecen de juego de PlayStation.

El partido comenzó, como uno esperaba que iba a ser. El Bayern tenía más la pelota, pero apenas pisaba el campo contrario, ya tenía un jugador encima del Inter. El orden para la marca del equipo de Mourinho fue clave, uno con cada uno, impidiendo romper ese bloque defensivo e intentando no darle chances al que llevaba la pelota.

Demasiadas infracciones para ser un partido europeo, alguna amarilla y dos tiros libres que hicieron temblar al conjunto bávaro. Primero una pelota que peinó Altintop y casi se le mete a Butt y luego un tiro libre similar fue otra vez bien resuelto por quien será el arquero titular alemán en Sudáfrica. Bayern Munich era poco más que Robben: recostado por la derecha, volvió loco a Chivu aunque peleó siempre sólo.

Hasta que a los 35 llegó un pelotazo de Júlio César bien bajado por Diego Milito para Sneijder y fue el holandés quien sirvió una gran pelota al delantero argentino que ante el apriete de Van Buyten y la salida del arquero, hizo un amague y definió muy bien. Era el 1-0 y desde ese momento, se jugó lo que quería el Inter.

El equipo alemán, necesitado de un gol, seguía sin ideas. Más allá del mencionado holandés por la derecha, nadie más parecía tener la decisión y ganas de dar vuelta el resultado. El marcaje seguía siendo igual por parte del nerroazzurro que esperaba totalmente a su rival. Pudo ampliar Sneijder tras un buen quite de Samuel, pase de Cambiasso, contra de Milito y diagonal mal resuelta por Wesley.

Así terminó un primer tiempo y empezó el segundo. Los actores y sus repartos no cambiaban. Tan así que el Inter casi amplía en la primera jugada. Pero, Van Gaal metió mano, intentando darle más juego al equipo sin desbalancearlo ni quedar mal parado atrás. Adentro Klose, que tuvo un flojo partido pero se perdió un gol definiendo al cuerpo de su marcador. También Muller tuvo un remate mordido que sacó Cambiasso desde el área chica de cabeza y Robben casi la clava al ángulo.

Hasta que a los setenta (sí, un gol cada treinta y cinco minutos) Diego Milito recibió, entró al área, amagó con pegarle con un enganche de maravillas dejando en el camino a Van Buyten otra vez y definió al segundo palo de gran manera. Fue el 2-0 final. Hubo tiempo para que entre Mario Gomez, para la ovación del autor de los dos goles, el ingreso de Stankovic, el paso de Zanetti como lateral izquierdo, pero poco más.

Por tercera vez en el año y temporada el Inter grita campeón, por tercer vez en alrededor de cien años, el Inter grita campeón de Champions League. Merecido triunfo del equipo de Mourinho, el hombre que desvela a Florentino Pérez, a Massimo Moratti y genera tantas discusiones. Festejó los goles con cara de arrogancia, moviendo el dedito índice como asintiendo, y ya con el triunfo consumado, se detuvo a mirar a la gente milanesa con los brazos cruzados y una mirada fija y perdida más de estatua que persona. Aunque desde un lado mucho más natural, llevó a su hijo en andas y lloró de emoción. Ah, con el partido ya finalizado y sin pelos en la lengua aseguró "Dejo el Inter. Estoy harto de Italia". Teléfono Florentino.
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