
El portero inglés, Robert Green, recordado por uno de los “blooper” de Sudáfrica 2010, solicitó una terapia de insultos y críticas para acostumbrarse a los ambientes hostiles. El proceso consiste en ser despreciado por sus propios colegas durante los entrenamientos para que se acostumbre a la presión cuando esté en la cancha ante miles de personas.
El 12 de junio Inglaterra disputaba su primera jornada ante Estados Unidos en el Mundial. La expectativa era muy grande y todos apoyaban al conjunto de Fabio Capello (técnico inglés). El minuto 40 de la primera etapa se aproximaba y tras un disparo de Clint Dempsey el balón se escurrió en las manos del jugador e ingreso a la portería. Después de su fallido debut, el arquero del West Ham United no participo más en el campeonato.

El Sunday Times fue algo más contractivo y señaló de “error garrafal” a la acción del portero: “Green busca afrontar una Premier League diferente y es el motivo por el que inició esta metodología”.
The Observer subrayó que las pifias de los arqueros siempre han sido una maldición para la trayectoria de la selección inglesa en los Mundiales y recuerda la falta lanzada hace ocho años en Japón por el brasileño Ronaldinho en los cuartos de final, que “pasó por encima del peinado de lujo de David Seaman”.
Sin embargo, la decisión de Green recorrió el mundo. El diario español online AS catalogó de “increíble” la sugerencia para los insultos e informó que “debe haber sido tal la desesperación de este deportista para alcanzar tan grado de locura”.
Así y todo, este método aun no tiene comprobados resultados positivos y, aunque algunos expertos dicen que linda con lo masoquista, Robert Green cree que será su gran solución.


1 comentario:
Un problema el de Inglaterra y sus porteros, sin duda la de green fue la cantada de el mundial.
Un saludo desde los mundos de jairo.
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