lunes, 20 de septiembre de 2010

La silla eléctrica volvió a enchufarse

Insólitamente con orgullo, se informó a los cuatro vientos que por primera vez en la década, todos los equipos de Primera División mantuvieron sus directores técnicos hasta la fecha siete inclusive. Bastó que digan eso, para que la famosa silla eléctrica vuelva a temblar y de los muchos candidatos a abandonar su cargo, tres fueron las primeras cabezas.

La derrota categórica por 4-0 ante Banfield fue la gota que rebalsó. Independiente empeoró su peor comienzo en torneos cortos y sólo sumó tres puntos en siete jornadas sin triunfos. Apenas la clasificación a la Copa logró prolongar el ciclo Garnero por unos días más. La llegada del ex enganche se dio en un marco muy particular en el club de Avellaneda: los hinchas pedían la permanencia del anterior DT, Rubén Américo Gallego. Curiosamente, el presidente Comparada y el manager Menotti decidieron comenzaron un proyecto a base de nada con DT inexperimentado y nuevos jugadores. El resultado, es el de hoy. Adiós Garnero y el nombre que más fuerte suena es el de… Gallego.

Huracán es otro de los clubes que perdió a su entrenador. Héctor Rivoira dejó su cargo, no tanto por el flojo comienzo (ocho puntos) sino por su relación insostenible con los hinchas. El Chulo llegó con su estilo opuesto al de su antecesor y quien dejó una gran huella: Ángel Cappa. Claro, una de las grandes diferencias fue que no poseía tan rico plantel. Rivoira asumió a fines del Apertura 2009, sumó 26 puntos en el Clausura 2010 salvando al Globo del descenso y en este nuevo torneo apenas sumó ocho puntos. “"le agradezco mucho a la Comisión Directiva, a Babington, a los jugadores, a la gente. Yo me voy muy bien.” Se despidió el técnico. El principal nombre que suena es Miguel Ángel Brindisi.

Después de muchas idas y vueltas, la tercera baja es Antonio Mohamed. El entrenador de Colón era el técnico de mayor vigencia (2008) en su cargo sin irse, pero los malos resultados arrastrados del semestre pasado y la escasa cosecha de seis puntos sobre 21 en juego, no le permitieron otra opción que dar un paso al costado. Después de la derrota vs. Boca presentó la renuncia pero sus jugadores lo convencieron para que siga. Si bien se sospechó con que esperaría hasta después del sábado vs. San Lorenzo, después de una reunión con los dirigentes habría cambiado de opinión.

Al fin y al cabo, es como dice Borghi, uno de los que tembló al comienzo del torneo: "Salís a un paredón de fusilamiento".

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