Copa Libertadores 7

El ya común desorbitado Lanús (en cuanto a etapas anteriores) tuvo ayer una posibilidad. Si ganaba contra Universitario, pasaba a la ronda de eliminación directa de la Libertadores. Si empataba o perdía, adiós a tan deseada copa. Comenzó y transcurrió flojísimo, sin ideas y sin salirse del libreto-a veces sin siquiera un libreto del cual salirse.
Lo más destacable en cuanto a lo jugado fue Pelletieri, el Seba Blanco, y Carrasco.
En cuanto a lo jugado porque sin dudas lo que deja el partido, más allá de la eliminación del granate, es que aparentemente Díaz se llevó por delante al arquero peruano, el portero se enojó, llegaron compañeros de todos y se armó una batalla campal en la cual varios salieron con heridas de guerra. La policía llegó tarde, y por suerte todo quedó solamente como una lamentable anécdota No hubo mucha repercusión en los espectadores, más allá de cánticos ofensivos que obtuvieron una exagerada respuesta por parte de la federal. En fin, una olvidable noche en todo sentido.

Vélez recibía anoche a Deportivo Italia, un flojo equipo, último en el grupo habiendo cosechado tan solo un punto; en otras palabras, justo lo que necesitaba el Fortín para respirar y así pasar a la segunda fase de la Copa Libertadores.

El local entró confiado pero atento, y el visitante con ganas. Tantas ganas que le generó bastantes problemas hasta los 35 minutos del primer tiempo; durante los cuales, sin muchas ideas pero sí con actitud, bombardeó el arco porteño en busca de irse con la frente alta. Muy buenas intervenciones de Montoya hicieron que esto no fuera posible.
Faltaba un bajón para que Vélez reaccionara, y casi se produce cuando Diomar Díaz hizo que el arquero Germán Montoya volara para que no se convirtiera el primer gol. Este fue el punto de inflexión del partido. El equipo de Gareca comenzó a atacar más, y mediante un grueso error defensivo, en el cual Zapata apareció solo y desvió un tiro libre, apareció una sonrisa de felicidad y sorpresa en el equipo goleador, a muy poco del descanso.

En el segundo tiempo las cosas cambiaron drásticamente, ya que el árbitro Ubriaco le otorgó a Vélez la fortuna/justicia del penal a JM Martínez. El Ro-Ro López lo transformó en gol. El local se contentaba con este resultado, pero nuevamente HRL, esta vez como asistidor, participó en un gol. El encargado de marcar fue Papa de manera admirable. El último fue de la figura. Sí, de ese, el que le hizo un gol de chilena a River. Sí, de ese, el que estaba en boca de todos hace un año. Sí, de Hernán Rodrigo López.

Así el conjunto que salió campeón del Clausura 2009 pudo sobreponerse como puntero al grupo 7 de la Copa Libertadores 2010, y ahora va por más.
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