domingo, 30 de marzo de 2008

La crisis profundizada



El tema que lo persigue al futbolista Ariel Ortega, va más allá del fútbol. La adicción al alcohol, de tomar y quedar en un estado lamentable fue algo que no dejó tranquilo ni a los hinchas del fútbol, ni a él ni a su familia.

En su retorno a River en el 2006, no jugó muchos partidos por tratamientos, cuidados y poco estado físico. Ya, en el 2007, recuperado en todo sus aspectos -estuvo un mes en Chile haciendo tratamiento- logró un muy buen nivel. En su regreso, entró en el ST y marcó un gran gol frente a San Lorenzo. Se notó un clic tanto en su carrera como en su vida. Parecía alejado de los problemas personales y su nivel recordaba sus épocas de selección. Como socio tuvo al futuro crack Diego Buonanotte, que compartieron grandes partidos como vs. Boca y vs. Gimnasia en dos fechas consecutivas.

Este torneo lo arrancó de gran manera, al igual que el equipo, con su amigo Siemeone como entrenador y un equipo que jugaba en base de él. Por su historia, experiencia e idolatría fue el capitán de sus partidos como titular. Desde que comenzó el semestre hubo un partido mejor que todos donde logró el triunfo gracias a él: contra América marcó el gol definitivo en el último minuto con el cual vencieron por 2-1 y lograron sumar de a tres en la fase de grupos.

Hasta allí todo bien, pero en el partido contra Racing (0-0) sufrió una distensión en la parte posterior de la pierna derecha y con eso se perdía tres partidos de River: dos por el torneo local y uno por copa.

En esta semana, ya prácticamente recuperado faltó a un entrenamiento por “problemas personales”, pero luego confirmaron fuentes cercanas al club que lo que había ocurrido era una denuncia de su mujer porque estaba totalmente alcoholizado y provocando destrozos en su casa de San Isidro.

Los problemas habrían comenzado en una fiesta de cumpleaños de la modelo Vanesa Carballo, donde estuvo, entre otros, con algunos jugadores de Independiente. No se pudo controlar, tomó demasiado, aunque pudo ir manejando hasta su casa. Luego continuó en su casa, donde según los vecinos escucharon gritos y supieron que algo ocurría.

Esta noticia no cayó nada bien en el ámbito de River, por eso no concentró para enfrentar a Arsenal a pesar de sus insistencias y su futuro es incierto debido a que no se sabe cuando reaparecerá.

Ortega vive un momento difícil, que sin dudas no merece, pero que él no lo puede manejar, por eso no sólo los que están en River deben ayudarlos, sino también el resto porque sabemos que perdemos a un jugador de categoría, pero por sobre todo una gran persona que no domina sus adicciones.

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