lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Por qué Estudiantes campeón?

La pregunta que nos hacemos a modo de cierre de cada torneo y con cada campeón, hoy enfrenta al Estudiantes ganador del Apertura 2010.

Estudiantes dejó a un lado sus grandes logros con fútbol vistoso y decidido para reemplazarlo por un no menos efectivo planteo cuidadoso. Ganó 14 partidos y se convirtió en uno de los equipos que sumó más puntos en torneos cortos, sin embargo en sólo tres partidos metió más de dos goles.

Formó un cerrojo defensivo con cinco defensores en cancha. Rojo y Mercado a veces sumaron en ataque, sin embargo, son jugadores que hasta pasaron en posición de zaguero. Que le metan un gol cuando estaba ganando por la mínima fue una misión casi imposible que sólo pudo lograr Independiente, muestra de lo bien que se defendía su gol de ventaja.

Lógicamente y con este panorama, fue el equipo que menos goles recibió en el certamen y quedó a uno de ser el equipo menos vencido en un torneo corto (River, Apertura 1991). Como local no recibió ningún gol y ganó todos sus partidos. Una vez más, el campeón demuestra la importancia de hacerse fuertes de locales y en forma de visitante sumar como sea (la media inglesa), aunque incluya métodos poco vistosos.

El juego aéreo fue un arma mortal. En muchos partidos donde le costaba penetrar, encontró por esta vía el gol necesario. Primo cercano, fue la pelota aérea que gracias a las ejecuciones de Leandro Benítez (líder en asistencias del torneo), permitió gran porcentaje de los goles Pincha. El caso más vivo es el de River que de los cuatro goles, tres llegaron por tiros libres y el restante por un centro de Maxi Nuñez desde la derecha.

Como dijo Juan Sebastián Verón, otra de las virtudes fue que el equipo “se reinventó en las complicadas”. Lejos de preocuparse, tras la séptima fecha tras caer con All Boys y quedar lejos de la punta, la Bruja puso el grito en el cielo en busca de más compromiso. A partir de ahí, el Pincha estuvo siete partidos sin derrotas y tras un pequeño resbalón vs. Tigre acumuló cinco triunfos al hilo.

Si de compromiso y actitud se trata, que sea el mejor equipo en los segundos tiempos es un dato interesante. La mayoría de los partidos “los ganó” en el complemento cuando se le ponía complicada la mano. Contra Arsenal, contra Godoy Cruz, los casos más notables.

Poniéndole nombres propios, tuvo en Agustín Orión un sostén importantísimo, en el Chapu Braña el coraje y cerebro tanto defensivo como en las transiciones, a Enzo Pérez en la creación y hasta en los últimos metros y a un Gastón Fernandez que pasó de la Reserva a ser el máximo goleador del conjunto con seis tantos. Hernán Rodrigo López fue la cuota de gol ausente. Incluso, según los puntajes de La Nación fue quien más alto tuvo, porque jugó poco pero apareció en momentos decisivos tanto para marcar como para asistir.

Por último, Alejandro Sabella fue el impulsor de todo esto, tanto en las buenas como en los malos partidos. Ideó un equipo corto y luchador, que se hizo fuerte en todas las canchas y complicó a todos sus rivales. Aprovechó la pegada de Leandro Benítez, los jugadores hábiles para cabecear e innovó en las posiciones de dos jugadores que terminaron siendo decisivos: Enzo Pérez y Gastón Fernández. Lo único como reclamo, es que a veces se aferró demasiado a los tres puntos (es válido claramente) y dejó a un lado las formas. Que Vélez haya sido segundo le revalida aún más el título y reabre el debate. En La Plata, mientras la fiesta continúa.

1 comentario:

De Puntín dijo...

Muy buena nota, pero Estudiantes si recivió un gol de local. Fue en en 3-1 vs. Argentinos Jrs.

Saludos!

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