Dicen que un el resultado ideal para el partido de ida como local, es el 2-0. Porque es una ventaja alcanzable, porque no te hacen goles de visitante y porque te da tranquilidad para la vuelta. Banfield lo obtuvo con éxito ante Deportes Tolima. Bien al estilo del Taladro, sin brillar pero siendo consistente y sin pasar sobresaltos.
Abrió el marcador pasando los quince, Víctor López con un cabezazo tras centro de Ervitti y muy mala salida del arquero. Minutos después, Zelaya pivoteó, la abrió para Ladino quien lo buscó al Cachi y él mismo definió de cabeza para ampliar la ventaja. El 2-0 dio una ventaja suficiente como para controlar el partido y jugar como más le gusta a Falcioni: pendientes del error ajeno y preparado para el contraataque. Sufrió alguna que otra intervención de Marangoni (Deportes Tolima), pero Bologna siempre respondió bien. Gabriel Mendez, que ingresó en el complemento casi hace un golazo.
El martes por la noche, fue el turno de Independiente que visitó Uruguay para enfrentar a Defensor Sporting. Tras el triunfo ante Gimnasia por 1-0 con el debut de Pavoni-Sá como entrenadores, la segunda prueba de fuego finalizó desaprobada. Con un esquema muy conservador, apenas inquietó con un zurdazo de Silvera, sin embargo, tampoco lo atacaron seguido. Con pésimas actuaciones de Cabrera y Mancuello, cuando éstos fueron reemplazados y parecía que el rojo quería buscar algo más allá del cero a cero, Silvera peinó un corner y Gracián que cubría el primer palo la metió... pero en contra.
La falta de ideas de un equipo que fue a colgarse del travesaño y se quedó sin recursos, contrastó con los pincelazos de Mora, el chiquitín número once que fue lo más interesante de un partido monótono y que finalizará el 20 de octubre en el Libertadores de América.
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