Hora de despejar dudas para muchos, de consolidarse para otros y de despedirse para 16. Se acabaron los primeros tres partidos del Mundial y la incursión de muchos equipos que no tienen nivel de primer mundo. Entre las grandes bajas, se fueron Italia y Francia como principales potencias y la anfitriona Sudáfrica (casualidad o no, todos ya sabían que iban a cambiar de DT).
Italia fue un gas lacrimógeno: asustó aunque jamás hizo daño y su posición de candidato se basó únicamente en la camiseta. Para mí gusto, fue la gran decepción. En los repasos diarios que hacemos hicimos mucho hincapié en la falta de jugadores de recambio después de la generación que se acabó y poco fútbol, más allá de varios delanteros.
Francia llegó como condenado al fracaso (al igual que en 2006), pero esta vez no tuvo a Zidane, y por eso convirtió un solo gol y se fue sin ganar ni un partido. Lo de Sudáfrica es mucho más lógico: un equipo muy flojo que pagó caro la pérdida de cabeza fría ante Uruguay y por la odiosa (o milagrosa) diferencia de gol se quedó afuera. “En los momentos malos, no cambios” suele decir Rafael Nadal, y Sudáfrica cambió cuando perdía (es cierto, que era necesario atacar) y no supo mantenerse firme atrás y luego ya era tarde cuando quiso meterle de a dos a Francia.
Dentro de los puntos altos aparecen sin lugar a dudas, Argentina y Holanda. Argentina parece volver a ser la de las mejores épocas con el mejor jugador del mundo que hizo la diferencia. La excusa de “jugó contra rivales fáciles” ya no sirve más, porque ante rivales de ese nivel –o peores- otras potencias sufrieron. Ante un equipo muy defensivo, supo abrirlo, ante uno de toque y contraataque tuvo la llave para vencerlo y tal vez con el que quedó más endeudado –aunque perdonado por ser el debut- fue ante el que jugó mano a mano.
Holanda sumó puntaje ideal y un gran balance. Se asustó ante la lesión de Robben y algunos desacoples defensivos, pero se corrigió y ganó con tranquilidad sobre varios equipos. Personalmente me hace acordar a esas mujeres lindas, que todos miran, quieren y esperan algo, pero es sencilla, hace las cosas fáciles, no es espeluznante, pero te deja sensación de satisfacción.
Eslovaquia, único debutante en el Mundial dio el batacazo y clasificó. No fue Hamsik el héroe esperado, sino que Vittek, el curtido goleador de tierras francesas, que algunos veían en las últimas. No le ganó a Nueva Zelanda por una pelota en el último minuto, sufrió ante Italia y se defendió demasiado ante Paraguay.
Su prima hermana, Eslovenia estuvo a un minuto de clasificar. Birsa fue el mejor del equipo que siempre muy equilibrado, respetó demasiado a Inglaterra. Por la madrugada fueron fotografiados con mujeres, habanos y mucho, pero mucho alcohol. Ghana podría ser otra de las sorpresas: en nombre de un continente, apenas pudo ganarle a Serbia con un gol del penal en los últimos minutos. Le empató (casi lo pierde) a Australia con uno más y perdió por poco con Alemania.
Por último, Corea del Sur y Uruguay jugarán el primer –valga la paradoja- partido de octavos de final. El ganador de este partido habrá cumplido ampliamente las expectativas del comienzo. Al perdedor le quedará la espina clavada de saber que podría haber llegado a más. Con una llave medianamente fácil, no será raro ver a los charrúas en semifinales, después de más de cincuenta años.
Mañana temprano comienzan los primeros 16 el juego definitivo, el que no te deja equivocarte ni una vez. El plato principal será Alemania-Inglaterra en un duelo de muchísima historia que tiene a los alemanes como favoritos después de lo visto en estos tres partidos.
Los pesimistas (o clarinistas) podrían decir que Argentina tiene chances de jugar contra México en octavos y Alemania en cuartos, como en Alemania 2006, cuando quedó en camino un gran equipo. O asegurar que el mixture nuestro es el más complicado. Los optimistas en cambio, mucho más reflexivos y esperanzados, asegurarán que en cuartos de final se podrá repetir rival como en el 86 y podríamos tener enfrente a Lineker disfrazado de Rooney. Serán coincidencias o curiosidades, pero el genio mundial, está del lado argentino, aún no sabemos sin en cancha o en el banco.
Italia fue un gas lacrimógeno: asustó aunque jamás hizo daño y su posición de candidato se basó únicamente en la camiseta. Para mí gusto, fue la gran decepción. En los repasos diarios que hacemos hicimos mucho hincapié en la falta de jugadores de recambio después de la generación que se acabó y poco fútbol, más allá de varios delanteros.
Francia llegó como condenado al fracaso (al igual que en 2006), pero esta vez no tuvo a Zidane, y por eso convirtió un solo gol y se fue sin ganar ni un partido. Lo de Sudáfrica es mucho más lógico: un equipo muy flojo que pagó caro la pérdida de cabeza fría ante Uruguay y por la odiosa (o milagrosa) diferencia de gol se quedó afuera. “En los momentos malos, no cambios” suele decir Rafael Nadal, y Sudáfrica cambió cuando perdía (es cierto, que era necesario atacar) y no supo mantenerse firme atrás y luego ya era tarde cuando quiso meterle de a dos a Francia.
Dentro de los puntos altos aparecen sin lugar a dudas, Argentina y Holanda. Argentina parece volver a ser la de las mejores épocas con el mejor jugador del mundo que hizo la diferencia. La excusa de “jugó contra rivales fáciles” ya no sirve más, porque ante rivales de ese nivel –o peores- otras potencias sufrieron. Ante un equipo muy defensivo, supo abrirlo, ante uno de toque y contraataque tuvo la llave para vencerlo y tal vez con el que quedó más endeudado –aunque perdonado por ser el debut- fue ante el que jugó mano a mano.
Holanda sumó puntaje ideal y un gran balance. Se asustó ante la lesión de Robben y algunos desacoples defensivos, pero se corrigió y ganó con tranquilidad sobre varios equipos. Personalmente me hace acordar a esas mujeres lindas, que todos miran, quieren y esperan algo, pero es sencilla, hace las cosas fáciles, no es espeluznante, pero te deja sensación de satisfacción.
Eslovaquia, único debutante en el Mundial dio el batacazo y clasificó. No fue Hamsik el héroe esperado, sino que Vittek, el curtido goleador de tierras francesas, que algunos veían en las últimas. No le ganó a Nueva Zelanda por una pelota en el último minuto, sufrió ante Italia y se defendió demasiado ante Paraguay.
Su prima hermana, Eslovenia estuvo a un minuto de clasificar. Birsa fue el mejor del equipo que siempre muy equilibrado, respetó demasiado a Inglaterra. Por la madrugada fueron fotografiados con mujeres, habanos y mucho, pero mucho alcohol. Ghana podría ser otra de las sorpresas: en nombre de un continente, apenas pudo ganarle a Serbia con un gol del penal en los últimos minutos. Le empató (casi lo pierde) a Australia con uno más y perdió por poco con Alemania.
Por último, Corea del Sur y Uruguay jugarán el primer –valga la paradoja- partido de octavos de final. El ganador de este partido habrá cumplido ampliamente las expectativas del comienzo. Al perdedor le quedará la espina clavada de saber que podría haber llegado a más. Con una llave medianamente fácil, no será raro ver a los charrúas en semifinales, después de más de cincuenta años.
Mañana temprano comienzan los primeros 16 el juego definitivo, el que no te deja equivocarte ni una vez. El plato principal será Alemania-Inglaterra en un duelo de muchísima historia que tiene a los alemanes como favoritos después de lo visto en estos tres partidos.
Los pesimistas (o clarinistas) podrían decir que Argentina tiene chances de jugar contra México en octavos y Alemania en cuartos, como en Alemania 2006, cuando quedó en camino un gran equipo. O asegurar que el mixture nuestro es el más complicado. Los optimistas en cambio, mucho más reflexivos y esperanzados, asegurarán que en cuartos de final se podrá repetir rival como en el 86 y podríamos tener enfrente a Lineker disfrazado de Rooney. Serán coincidencias o curiosidades, pero el genio mundial, está del lado argentino, aún no sabemos sin en cancha o en el banco.
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