SC 1: Maradona detenido por tenencia de cocaína

La máquina del tiempo nos lleva al año 1991 en lo que será la primera de las Situaciones Complicadas que presentamos hoy. El barrio de Caballito es sede de lo que es un hecho muy confuso que tiene en el medio a Diego Armando Maradona. Es viernes, son las seis pasadas de la tarde y una multitud de patrulleros y varios móviles periodísticos que llegan con una inexplicable velocidad están en el lugar del hecho, en la calle Franklin.

El departamento es de Gabriel Expósito, el cuñado del Diego y una especie de prostíbulo según dicen. Diego se encuentra en Argentina porque fue suspendido tras dar positivo en un antidoping jugando para el Napoli. Desde que llegó a su país de origen, la policía, aparentemente, está detrás de él y sus relaciones. Se habló de una posible amante del 10, una rubia con quien compartiría la cocaína, el centro del lío este.

Un vecino dijo que lo vio a Maradona, que estaba sentado pero que no podía ni seguirlo con la vista por los efectos de la droga. Investigaciones más profundas observan que estarían en medio de una orgía cuando este operativo los sorprendió, en el momento que Diego Armando compartía la cama con otro masculino y ambos estaban desnudos.

Nadie entiende nada por acá, se armó un tumulto general en el que hay medios, policías y hasta curiosos. La noticia corrió y llegan personas con camisetas argentinas, remeras del diez y corean su nombre. De repente, se volvió todo en un hecho bochornoso, que según cuentan por acá, no tendría vuelta atrás y significaría la pérdida de la idolatría.
Dicen que la Superintendencia de Drogas Peligrosas lo estaba siguiendo desde que volvió de Italia. Además Mario Franchi, el representante declaró que estaba en relación las drogas desde hacía tres meses a pesar de la desmentida de los abogados y Cóppola, otro ¿amigo? del 10, también andaría en algo parecido. Escuché por ahí que al ver que entraba la policía, habían tirado medio kilo de cocaína por la ventana, que el departamento estaba siendo observado desde hace un tiempo y que Maradona no se podía poner en pie.

¡Ahí viene! Lo veo, se acerca rodeado por policías como un delincuente, pero la muchedumbre no lo deja pasar y los oficiales deben ensayar una nueva salida. No parece tener tan mala presencia como todos esperaban, está vestido deportivamente y tal vez un poco descuidado, pero nada que sorprenda. Tal vez son las cuatro horas que pasaron desde que entraron los agentes, pero nada está muy claro. Lo escucho declarar a Chiosone, el comisario que dice que encontraron una bolsa de contenido dudoso que la analizarían después para ver que tenía.

La sonrisa se borra de la cara de Maradona que entre empujones llega a la División Patrimonial de Narcotráfico en la que habría dicho, “yo no tengo nada que ver con esto”.

Pasaron casi veinte años de aquel suceso. Las ideas, conclusiones, teorías, respuestas y demás siguen siendo las mismas que las del día que ocurrió. Maradona sigue vivo, libre y el caso abierto, olvidado.

Algunas fuentes: El País, El Mundo Deportivo, Hemeroteca