lunes, 7 de septiembre de 2009

La evolución de la táctica

Ante la derrota argentina vs. Brasil, el debate futbolístico volvió a surgir. El error al convocar algunos jugadores, bajos rendimientos de otros, aunque lo que principalmente se critica de Maradona fue el armado y planteo del equipo. Aquí hablamos, sin dudas, de la táctica.

Las tácticas pueden ser ofensivas o defensivas, pueden mirar más al contrario que a sus propios jugadores, todo dependiendo del entrenador que arma el equipo. Según Horacio Pagani, el 90% de los técnicos arman la táctica de acuerdo al rival. Si bien es algo que no está mal, porque no es lo mismo jugar contra Brasil que contra San Marino, suena raro que en un equipo se arme en base al otro.

El tema da para debatir largo y tendido. Lo único que queda es repasar la evolución de las tácticas y que ha pasado con cada una de ellas. En el blog del ex jugador de Zaragoza y Barcelona, Angel Pichi Alonso que pertenece a Sport se muestra un seguimiento muy exacto, por este medio intentaremos hacer algo parecido.

En el primer fútbol, más antiguo de todos, no le daban demasiada importancia a los esquemas. De hecho jugaban con un arquero, un defensor y nueve delanteros con algunos por delante o detrás, pero lo mismo daba. No había offside y sólo se pensaba en marcar el gol. Los partidos parecían más bien uno de básquet que del fútbol actual.

La táctica tendió a evolucionar siendo más defensiva, ya que tiempo después le agregaron otro defensor para quedar con un 1-2-8. Seguía siendo más un suicido de incontables goles a lo que vemos hoy día. En 1872 aparece el fuera de juego y es por eso que tantos delanteros se van distribuyendo mejor o por lo menos, más proporcionalmente. El 2-3-5 reinó durante más de cincuenta años, que incluyen Mundiales, grandes figuras y algunos jugadores argentinos famosos.

Los únicos dos defensores marcaban a los extremos y en el centro quedaban tres que pocas veces fallaban goles solos contra el arquero. Este sistema condujo a uno parecido que era 3-2-5 con la particularidad de uno más abajo y uno menos en el medio. Este sistema se llamó WM por la ubicación de los jugadores en la cancha. La idea de este era que el centrodelantero también esté mercado.

Como seguían viendo que no era suficiente, para el Mundial del 58, Brasil campeón sorprendió con un 4-2-4 y una línea delantera conformada por: Garrincha, Vavá, Pelé y Zagalo. Era la primera vez que los defensores igualaban a los delanteros. Esa fue la última táctica primitiva; es decir, la última en quedar archivada. Después siguió un 4-3-3 que no es muy común, aunque puede aparecer hoy en día con un último hombre libre, posición en la que Beckenbauer se hizo famoso.

En los 80 desaparecen los extremos que corrían por las puntas y generaban las chances de gol, para alcanzar un 4-4-2, cada día más común y más defensivo. Muy parecido al último esquema mencionado es el 4-3-1-2 con el auge de los noventa perdido por culpa de la falta de enganches.

El 5-3-2 con dos extremos de recorrido mucho más defensivo que en los orígenes, pasó con poco éxito, lo que sí logró Cruyff con su Barcelona logrando un 3-4-3 pensando mucho más en marcar el gol que en evitarlo. Así fue como ver a ese equipo era un placer, comparable al actual blaugrana y encima logró incontables títulos.

Algunos hablan de números telefónicos con poco sentido, otros creen que son fichitas movibles, aunque los resultados están a la muestra. Estos números siempre deben ir acompañados por jugadores que se adecuen a lo que lo piden: en el caso de nuestra selección nadie duda de los nombres, falta esa vuelta de tuerca para que el mecano tome la forma deseada.


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