Hoy diez del mes, terminamos con personajes relacionado a la literatura del fútbol. Diego Estevez, Daniel Roncoli, Gustavo Grabia pasaron, esta vez es el turno de Julio Boccalatte, quien es el creador de la primera editorial de fútbol, Al Arco. Tiene varios libros muy interesantes y desde acá te podes interiorizar un poco más. Le agradecemos al Chopo (como dice que le dicen) y disfruten.
1--¿Cómo surgió la idea de crear una editorial de libros de fútbol?
Con Marcos (González Cezer), mi socio, teníamos ganas de generar un espacio por fuera de nuestra rutina laboral, él en la agencia de noticias Télam, yo en el diario Clarín, ambos en Deportes, que es lo que más nos gusta. En principio hicimos una revista, llamada Al Arco, que debimos cerrar luego de un año por problemas económicos. Ahí surgió la idea de abrir la editorial: nos evitábamos la obligación de la periodicidad (la revista era mensual, los libros se publican cuando queremos o podemos), nos daba la posibilidad de generar un espacio que hasta entonces no existía y nos constaba la calidad del material inédito, sobre todo por ser de amigos nuestros. Así que ahí fuimos. Y acá estamos.
2--¿Cómo eran los comienzos de Al Arco, antes de ser tan conocidos?
Siempre nos favoreció pertenecer al mundo del periodismo deportivo, en ambos casos con 20 años de trayectoria. La presencia de amigos nuestros en las redacciones nos permitió la difusión de nuestras obras, así que en ese sentido se puede decir que pudimos instalar el sello desde su inicio mismo.
3--¿Cuál es la principal "contra" de esta editorial?
Nuestra propia estructura, un arma de doble filo, para decirlo de algún modo. Tanto Marcos como yo vivimos de nuestros trabajos respectivos y la existencia del sello es casi un hobby. Lo dicho: un espacio que nos gusta mantener para la expresión de aquellos a los que les gusta unir arte y deporte. Pero no vivir de Al Arco, asimismo, y dedicar buena parte de nuestro tiempo a los trabajos que nos dan de comer, nos impide aventurarnos en las posibilidades de negocio que de hecho existen. Tampoco sabemos si queremos; tal vez algún día, y tal vez por causas de fuerza mayor. Pero sostener la editorial en este marco amateur nos prohibe sacar la cantidad de libros y de autores que quisiéramos. Después, las limitaciones que nos impone dedicarnos a un género específico como la literatura deportiva no lo vemos como una “contra”: es lo que queremos hacer.
4--¿Cuál fue el libro que logró más éxito?
El de Marcos Di Palma (La pasión) y el de Horacio Pagani (El fútbol que le gusta a la gente). Es evidente que el éxito de ventas de ambos libros se sostuvo en sus protagonistas, ambos personajes mediáticos. Por lo general la venta de libros se vincula más al aparato empresarial y al marketing que a la calidad literaria de los textos, aunque, por fortuna, ambos libros merecían la pena.
5--Cuál es la relación de ustedes con los autores de los libros? Es decir, ¿ellos van en busca de ustedes o viceversa?
Se dan los dos casos. Hay muchos autores que nos ofrecen sus textos y nosotros vamos a buscar a los autores que nos interesan. En el primer caso, leemos las obras y, si nos gustan, tratamos de financiar su publicación. En el segundo caso nos garantizamos primero el financiamiento y luego hacemos la convocatoria, como fueron, por ejemplo, los casos de Walter Vargas, Gustavo Grabia, Juan Sasturain, Cristian Grosso o el propio Horacio Pagani.
6--¿Por qué si se llama Al Arco tienen un libro de Di Palma y otro de tenis?
Decidimos mantener el nombre de la revista, nuestra experiencia previa, más allá de que en el sello no solamente hay lugar para el fútbol.7--¿Creés que el programa radial por la medianoche de Apo fomentó la lectura de libros y cuentos de fútbol?
Sí, claramente. Alejandro Apo y Walter Saavedra, que hace un programa similar en radio Mitre, masificaron el género y fomentaron la aparición de nuevos autores y materiales. Nosotros estamos agradecidos con ambos porque suelen dar lectura en sus programas a muchos de nuestros cuentos.
8--¿Con sus nuevos proyectos -radio y concurso de cuentos-, creés que lograrán mayor éxito? ¿O qué buscan?
Pretendemos hacer un pequeño aporte en la necesidad de apostar, como sociedad, como país, un poco más a la cultura. Creemos que la literatura futbolera es capaz de atraer a un público que por ahí no se acerca demasiado a los libros y podemos llevarlo luego a otros niveles de lectura. Lo que no buscamos, como quedó dicho, es la chance de convertirnos en un negocio.
9--¿Por qué ocurre que muchos periodistas son también escritores? ¿Van de la mano?
Un buen periodista no es necesariamente un buen escritor, como tampoco un buen escritor es necesariamente un buen periodista. Pero es cierto que hay compatibilidad de inquietudes en ambas profesiones, más allá del resultado. Nosotros publicamos material de muchos periodistas sencillamente porque nos movemos justamente en el mundo de la prensa, al que pertenecemos.
10--¿A qué autor de los "tapados" le diagnosticás mejor futuro?
El concurso que organizamos recientemente, y que desembocó en la publicación de De Diez (una antología con los diez ganadores), nos acercó una cantidad impresionante de excelente material. En la mayoría de los casos sucede que buenos autores chocan con la burocracia de los grandes sellos, o con su prepotencia, y ojalá podamos nosotros, modestamente, abrir la puerta a los futuros escritores. Hay mucho y muy bueno, así que por lo pronto recomiendo a los diez autores publicados en esta antología.
Con Marcos (González Cezer), mi socio, teníamos ganas de generar un espacio por fuera de nuestra rutina laboral, él en la agencia de noticias Télam, yo en el diario Clarín, ambos en Deportes, que es lo que más nos gusta. En principio hicimos una revista, llamada Al Arco, que debimos cerrar luego de un año por problemas económicos. Ahí surgió la idea de abrir la editorial: nos evitábamos la obligación de la periodicidad (la revista era mensual, los libros se publican cuando queremos o podemos), nos daba la posibilidad de generar un espacio que hasta entonces no existía y nos constaba la calidad del material inédito, sobre todo por ser de amigos nuestros. Así que ahí fuimos. Y acá estamos.
2--¿Cómo eran los comienzos de Al Arco, antes de ser tan conocidos?
Siempre nos favoreció pertenecer al mundo del periodismo deportivo, en ambos casos con 20 años de trayectoria. La presencia de amigos nuestros en las redacciones nos permitió la difusión de nuestras obras, así que en ese sentido se puede decir que pudimos instalar el sello desde su inicio mismo.
3--¿Cuál es la principal "contra" de esta editorial?
Nuestra propia estructura, un arma de doble filo, para decirlo de algún modo. Tanto Marcos como yo vivimos de nuestros trabajos respectivos y la existencia del sello es casi un hobby. Lo dicho: un espacio que nos gusta mantener para la expresión de aquellos a los que les gusta unir arte y deporte. Pero no vivir de Al Arco, asimismo, y dedicar buena parte de nuestro tiempo a los trabajos que nos dan de comer, nos impide aventurarnos en las posibilidades de negocio que de hecho existen. Tampoco sabemos si queremos; tal vez algún día, y tal vez por causas de fuerza mayor. Pero sostener la editorial en este marco amateur nos prohibe sacar la cantidad de libros y de autores que quisiéramos. Después, las limitaciones que nos impone dedicarnos a un género específico como la literatura deportiva no lo vemos como una “contra”: es lo que queremos hacer.
4--¿Cuál fue el libro que logró más éxito?
El de Marcos Di Palma (La pasión) y el de Horacio Pagani (El fútbol que le gusta a la gente). Es evidente que el éxito de ventas de ambos libros se sostuvo en sus protagonistas, ambos personajes mediáticos. Por lo general la venta de libros se vincula más al aparato empresarial y al marketing que a la calidad literaria de los textos, aunque, por fortuna, ambos libros merecían la pena.
5--Cuál es la relación de ustedes con los autores de los libros? Es decir, ¿ellos van en busca de ustedes o viceversa?
Se dan los dos casos. Hay muchos autores que nos ofrecen sus textos y nosotros vamos a buscar a los autores que nos interesan. En el primer caso, leemos las obras y, si nos gustan, tratamos de financiar su publicación. En el segundo caso nos garantizamos primero el financiamiento y luego hacemos la convocatoria, como fueron, por ejemplo, los casos de Walter Vargas, Gustavo Grabia, Juan Sasturain, Cristian Grosso o el propio Horacio Pagani.
6--¿Por qué si se llama Al Arco tienen un libro de Di Palma y otro de tenis?
Decidimos mantener el nombre de la revista, nuestra experiencia previa, más allá de que en el sello no solamente hay lugar para el fútbol.7--¿Creés que el programa radial por la medianoche de Apo fomentó la lectura de libros y cuentos de fútbol?
Sí, claramente. Alejandro Apo y Walter Saavedra, que hace un programa similar en radio Mitre, masificaron el género y fomentaron la aparición de nuevos autores y materiales. Nosotros estamos agradecidos con ambos porque suelen dar lectura en sus programas a muchos de nuestros cuentos.
8--¿Con sus nuevos proyectos -radio y concurso de cuentos-, creés que lograrán mayor éxito? ¿O qué buscan?
Pretendemos hacer un pequeño aporte en la necesidad de apostar, como sociedad, como país, un poco más a la cultura. Creemos que la literatura futbolera es capaz de atraer a un público que por ahí no se acerca demasiado a los libros y podemos llevarlo luego a otros niveles de lectura. Lo que no buscamos, como quedó dicho, es la chance de convertirnos en un negocio.
9--¿Por qué ocurre que muchos periodistas son también escritores? ¿Van de la mano?
Un buen periodista no es necesariamente un buen escritor, como tampoco un buen escritor es necesariamente un buen periodista. Pero es cierto que hay compatibilidad de inquietudes en ambas profesiones, más allá del resultado. Nosotros publicamos material de muchos periodistas sencillamente porque nos movemos justamente en el mundo de la prensa, al que pertenecemos.
10--¿A qué autor de los "tapados" le diagnosticás mejor futuro?
El concurso que organizamos recientemente, y que desembocó en la publicación de De Diez (una antología con los diez ganadores), nos acercó una cantidad impresionante de excelente material. En la mayoría de los casos sucede que buenos autores chocan con la burocracia de los grandes sellos, o con su prepotencia, y ojalá podamos nosotros, modestamente, abrir la puerta a los futuros escritores. Hay mucho y muy bueno, así que por lo pronto recomiendo a los diez autores publicados en esta antología.
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