Pensamiento Lateral

Hoy comenzamos con una nueva y gran sección en el blog se trata de Lugares comunes del fútbol. Lagarto estrena titularidad en el equipo de LQFG.

Desconcertante para las mujeres, momento clave para los hombres y enorme preocupación para los menores. Así se presenta el lateral. A menudo escuchamos decir que todos los partidos de fútbol son diferentes. Sin embargo hay algunas cuestiones que se repiten. Desde esta sección del blog intentaremos abordar aquellos lugares comunes que el fútbol tiene.

Empiezo por el lateral y por aquello que resumía al principio. Para las mujeres el lateral es verdaderamente desconcertante. Lo poco, casi lo único, que saben del fútbol es que se juega con los pies. Las mujeres intelectuales –onda Margarita Weiss o la señorita de buena presencia y apellido difícil de TyC- pueden llegar a saber que el arquero sí puede tocar la pelota con la mano en determinada zona. Pero cuando ven que un jugador lo mismo en zona defensiva o zona ofensiva juegan con la mano se les cae toda la estructura de conocimiento. Incluso en campeonatos poco competitivos no es raro escuchar un grito de “mano” de boca de alguna madre poco entendida.

Para los menores hacer un lateral es un gran desafío. Es que el reglamento de fútbol es exigente como en pocas infracciones con el lateral. Da demasiadas precisiones de cómo realizarse y nunca falta el árbitro alcahuete que está atento a que si el pobre pibe cumple con todos los requisitos del lateral bien hecho. Pocas cosas son tan vergonzosas como que el árbitro indique que esté mal sacado. Una sensación igualmente de vergüenza se siente cuando el jugador demuestra que el lateral es resultado de un movimiento poco articulado y muy pensado: pongo los pies firmes al piso, estiro los brazos detrás de la nunca, los muevo con velocidad hacia delante, un pequeño quiebre de cintura y suelto antes de bajar los brazos del todo. Lejos de eso el saque de banda es como un paso de baile: se hace sin pensarlo y es un movimiento armonioso al cuerpo.

En el fútbol escuchamos decir la frase que corner mal pateado es gol. Abriendo un poco el sentido de esto, yo creo que un lateral mal sacado también puede ser gol: agarra al equipo mal parado, al lateral le cuesta retornar a su posición original y si el equipo contrario tiene jugadores ligeritos, fuiste. A partir de acá abrimos el debate: ¿qué es hacer bien un lateral? El manual dice que debe hacerse largo y paralelo a la línea de banda. En realidad lo que genera eso es un lateral “no malo”.

Hace poco tiempo se empezó a ver lo bueno que podía ser un lateral. En gran parte se lo debemos al gran Julio Cesar Falcioni que revolucionó este juego cuando encargaba a Lucas Biglia de los laterales como pelotas preparadas. Para los niños el hacer bien un lateral es complicadísimo. Para eso van a recurrir a todo tipo de muecas y gestos que tengan a su alcance: suave movimiento de los ojos de izquierda a derecha como anticipando la jugada, movimiento de mentón de abajo hacia arriba indicando que se pide una peinada, ojos bien abiertos en señal de alerta y si es necesario algún grito ordenador.

Para los mayores no hay mucho misterio por más de que hacer mal un lateral puede ser igual de peligroso como de vergonzoso. Yo tengo la teoría que el buen jugador de fútbol, el más completo es el que mejor sabe hacer los laterales ¿Por qué? Porque tiene un movimiento armonioso y nada tosco. Porque entiende de estrategia para ubicar la pelota en el lugar indicado. Porque tiene fuerza para lanzar la pelota con la potencia necesaria. Porque no tiene miedo y por eso no teme estar cerca del alambrado. Porque tiene buen movimiento de piernas y pecho, fundamentales para la calidad.

Distintas categorías, distintas formas, pero el lateral siempre tendrá sus mismas implicancias y dificultades. Por eso yo no dudo en que es un auténtico lugar común por donde todos los aspirantes de futbolistas deben pasar. Una posible salida a esto es un cambio reglamentario que habilite a hacer el lateral con los pies. Yo me opongo rotundamente a esto, estaremos perdiendo parte importante del juego.