Queda en familia

Jugar al fútbol con un hermano puede ser una muy buena experiencia y de hecho es una situación dentro de todo bastante probable. Necesitaría ayuda de Enunabaldosa.com pero me parece que nunca debe haber ocurrido que un tío –en el sentido del parentesco, no de persona- haya jugado con su sobrino.

Debe ser particular, pero hay un caso. Y no es Brasil, en una liga amateur o en Lituania, es acá en nuestro país y más precisamente en San Martín de Tucumán. Gustavo Ibáñez de 29 años es tío de Antonio del mismo apellido con seis menos. Un caso derechito para los libros. El otro día en cancha de River, el joven reemplazó al mayor.

La particularidad es que ambos juegan de mediapunta, por lo tanto no hay lugar para los dos. De hecho, Antonio desde su regreso –comienzo de temporada- al santo, no ha jugado un partido de titular con su tío.

Espero que no piensen que estoy loco, y no ser solo yo a quien le sorprenda, pero pienso en jugar al fútbol con alguno de mis tíos –espero que no lo lean- y ya me causa gracia y encima tener que pelear el puesto… Roldán, poné a los dos juntos y evitá un problema familiar, te lo pide la gente…