Este torneo mostró una cara diferente de los equipos. Se están empezando a ver los nuevos técnicos con propuestas más ofensivas y de toque, más que “el ganar a toda costa”.
El Cholo Simeone ya muestra una identidad en sus equipos con el que planea los partidos a su manera y con propuestas ofensivas y muchos jugadores en tres cuartos de cancha.
Desde el momento que llegó armó un 4-2-3-1 con mucha llegada del “triple enganche”. Además, hay reconocer que los nombres que tienen facilitaron mucho y demostró que ese equipo no depende del único punta, porque Abreu no jugó bien y River grandes pasajes de buen fútbol y goles.
Quizá lo unico para reprochar a eses sistema es que los clásicos carrileros -aunque a Bilardo no le guste- perdieron muchísimo terreno. Augusto Fernández y Archubi fueron víctimas de eso ya que se podrían adaptar como laterales o en el doble cinco, pero no es lo mismo. Por otra parte, Abelairas se acostumbró tan bien que fue una de las figuras y ahora cuesta fortunas.
El Boca de Ischia es más simple, no tanto de pensar las cosas como River, sino más bien el dejar jugar. El 4-3-1-2 -clásico de Bianchi- les quedó cómodo a todos y encima mostró el modelo ofensivo de un equipo: un asistidor -Riquelme-, uno que desborda -Palacio y el otro dentro del área -Palermo.
Estudiantes con Sensini no cambió mucho en cuanto a nombres. El discípulo de Bielsa, paró un 3-4-3 casi a lo largo de todo el Clausura con el cual hizo un buen papel. Angeleri, Alayes y Desábato fueron sus zagueros, el doble cinco compuesto por Braña/M. Fabianesi y Verón -jugó libre- se ocuparon del medio con la ayuda de Enzo Pérez y Benítez mientras que arriba picaban dos rapiditos por las puntas y un centrodelantero esperando.
A Ramón en San Lorenzo le costó un poco encontrar el equipo. Comenzó con pie izquierdo y eso lo condicionó. Llegó a parar a D´Alessandro por derecha para las diagonales, tres defensores, cuatro, sin seguir una línea muy regular.
Es más, contra Caracas paró un 5-4-1 que no funcionó de ninguna manera ya que Silvera estuvo sólo arriba, Bergessio no jugó, Torres -del doble cinco- fue expulsado y los laterales no llegaron lo esperado. Díaz demostró que no está casado con ninguna táctica como otros técnicos sí lo hacen.
Muchos equipos que les fueron mal en el torneo, no encontraron su dupla defensiva -entre otras cosas no encontradas-. Es el caso de Racing que alternó con Manicero, Fileppi, Navia, Caballero, Moralez, Arrieta, Avalos para conseguir el compañero de Sava.
Olimpo tuvo el mismo problema, solamente Olivi sobre el final se justificó. Lujambio, Leandro González, Solari, Ulloa no encontraron su lugar. Colón con Astrada padeció lo mismo. Enría, Morales, Gandín, Ramírez, Díaz, Carignano, Cardetti fueron los que pasaron con el Negro. Mohamed se organizó y con Gandín y Ramírez titulares conformó.
El turco es otro protagonista. Su llegada fue urgente con un equipo que no encontraba el rumbo, pero que él lo ordenó y salvó de la promoción a Colón.
Jugó con línea de tres abajo, Aguilar, Garcé y casi siempre Reynoso. En mitad de cancha paró a Capurro y Rivarola, por izquierda improvisó y le cumplió Chitzoff y por derecha Romero, pero como muy pocas veces paró al Rengo de enganche, a veces se jugó sumando a Prediguer en el medio o agregando un delantero más como Cardetti.
Hasta aquí hemos llegado, la contraposición de esta idea futbolística la tuvo Caruso que consiguió muy buenos resultados, pero sin deslumbrar. Lo más visto fue el doble cinco y se nota que el enganche aún no murió.
domingo, 6 de julio de 2008
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