Bajo la lupa -parte I-

Si ya hicimos notas de revelaciones de equipos, decepciones, etc, es turno de los jugadores que por distintos motivos fueron nota. Aquí hay revelaciones, decepciones, para subir un escalón y los que tuvieron poco tiempo. Esta es la primera parte, las otras tendrán lo que falta.

Para ser optimistas, empezamos con las revelaciones, en total elegimos 10 que nos llamaron la atención. Pablo Barzola, el lateral de Argentinos que ya fue vendido al Caen de Francia, demostró despliegue, sacrificio y fue uno de los referentes de este Bicho. Tuvo un fugaz paso por River donde no pudo mostrar su potencial. En el club de La Paternal fue la sorpresa y un referente para los más jóvenes.

Otro de nuestros jugadores es Leandro González, quien se desempeña en Olimpo y mostró sus cualidades como volante creativo o delantero. Acompañó a Josemir Lujambio, Olivi y varios más y no tuvo problemas con ninguno. Tiene un físico privilegiado por su altura y fuerza para poner el cuerpo y a pesar de que no pudo evitar el descenso, no dejó dudas de su nivel y clase.

Roncaglia es un defensor central que está en el club de la Ribera desde hace tiempo. En un momento se lo postulaba como el Cata Díaz aunque era un sueño lejano. Este torneo se hizo realidad, mostró seguridad, parecía un experimentado para brindar tranquilidad y además de su juego rápido de piernas tiene buen cabezazo. Es uno de los pilares fundamentales de la nueva camada de Boca.

Ramírez pasó de héroe a villano en Colón. Con sus goles salvó al Negro de la promoción y después de ser el quinto delantero en el plantel, con la confianza de Mohamed quedó como titular, goleador del equipo y amado por los hinchas. Llegó al club santafecino tras un paso glorioso en Tiro Federal donde marcó muchos goles pero se fue cuando ascendieron.

Algunos lo daban por muerto, pero San Lucas resucitó. Al igual que el caso anterior se vio muy beneficiado por el cambio de entrenador en mitad de torneo, ya que con Santoro volvió a la titularidad, el Bichi lo confirmó y le dio áun más confianza a tal punto de pararlo como único cinco y a pesar de físico de jugador mayor, lleva la garra y potencia del mismo que debutó. Fue una “incorporación” para el equipo de Borghi.

Con la ida de Lázzaro, la cosa se venía difícil en Tigre, Néstor Ayala pasó como delantero, pero ¿quién cubriría la banda izquierda? Con Rusculleda que estaba por irse, Morel con muchos altibajos y Pasini sin respaldo, Matías Gimenez se hizo un lugar desde las primeras fechas. En la segunda fecha salió expulsado, pero desde allí no paró de crecer en su nivel y cerró un Clausura bárbaro.

Leguizamón llegó a Arsenal con una ilusión: dejar atrás su pasado polémico para dedicarse a pleno a lo futbolístico. Lo logró y lo hizo también que además de ser uno de los mejores de su equipo, fue uno de los mejores del torneo. Siempre de mediapunta acompañando a un centrodelantero, Luciano marcó goles y hasta uno a Gimnasia, su ex club al que un poco de rencor le guarda. Lo mejor de él se vio asociandose con Alejandro Gómez y jugando por abajo como a él le gusta.

Cada Barrientos se fue a su equipo: el Pitu a San Lorenzo y su hermano -a esa altura era así- a Huracán. El primero se lo veía mejor, ahora se perdió en el frío de Rusia y su hermano va a todas en Huracán. Jugó todo el torneo con un doble cinco más hábil -Leandro Díaz- y de tener la pelota mientras que el atrás afeitaba piernas y todo lo que se cruce. Raspó, trabó, ganó, se peleó con más de uno y nunca dejó atrás su juego áspero que le daba mandato al mediocampo. A veces hasta se animó a jugar aunque con al arco solo lo ve chiquito y de lejos.

Con el crecimiento de varios jugadores en Banfield, Jerónimo Barrales quedó olvidado. Jerez en cambio acertó tras ausencias de otros en ponerlo y el jóven defendió el puesto a regañadientes. Muchos creían que una delantera la conforman uno de área y otro por afuera pero acá demostraron que no es así y con dos que tienen buen trato del balón como él y Cvitanich, dieron sus frutos en el Sur. Un campeonato más le será suficiente para ser la joya del Taladro.

No fue goleador del torneo, por muy poco, de ser regalado a cualquiera pasó a ser más cotizado y considerado en el ambiente. En un equipo muy mediocre, se lució, salió adelante a tal punto que opacó a Tonelotto, él hizo los goles y con su velocidad rompió más de una red. Su regreso a Colón está complicado aunque tal vez aparezca algún club en su búsqueda.