sábado, 26 de febrero de 2011

No son los nombres, es la ubicación

Vaya uno a saber lo que dijo Jota Jota López en el entretiempo –si es que dijo-, pero River salió del vestuario con otra actitud y mostrando otra cara a nivel futbolístico.

En el primer tiempo no tuvo ideas, no supo cómo atacar al rival y quedó mal parado varias veces. Corrigiendo errores, sobre todo del mediocampo, la situación se modificó. Las dudas de Díaz se convirtieron en los inicios de ataque, las imprecisiones de Acevedo pasaron a ser pases decisivos, así también como Erik Lamela y Juan Manuel Lanzini, los creativos del equipo, tuvieron intervenciones destacadas.

Enfrente, River tuvo un rival complicado para sus limitaciones futbolísticas. Con siete jugadores de marca, Huracán puso a prueba de balas la imaginación y la creatividad de los más adelantados, incluso tuvo para preocupar a Chichizola con algunos contraataques.

El cambio de juego y actitud fue ayudado por el repentino gol de Erik Lamela. Acevedo tomó las riendas del equipo, Lamela se reclinó más por la izquierda y Pavone fue un asistidor de lujo. Los movimientos de Erik parecen ser incomprendidos muchas veces por sus propios compañeros, sin embargo, en la acción que derivó en su gol, el ex Estudiantes pivoteó a la perfección y la definición del 10 fue exquisita.

Con el gol se fueron los nervios, los murmullos y evidentemente, Huracán tuvo que buscar un poco más. A partir de ahí, River encontró más espacios, abrió las bandas con el mencionado Lamela (aunque Pereyra haya jugado de volante por izquierda) y Ferrari. Por otra parte, se reacomodó y dejó de sufrir con presencia en el medio gracias a Almeyda y en el fondo por Ferrero, el ángel guardián.

El segundo gol entra en el manual del contraataque con el inicio en Ferrari, la pelota por el medio, la diagonal hacia la derecha de Pavone y la inversa de quien terminaría marcando el gol. Es decir, dos opciones de pase y una de continuar llevando la pelota con la defensa del Globo retrocediendo de espaldas y desmembrada. El pase fue para el Tanque y una palomita perfecta de Ferrari desde el otro lado, para ponerle un moño a su gran actuación.

Está claro que el gran déficit de River es la creación. Al ver al equipo de Jota Jota, da la sensación que algunos jugadores no están donde mejor rinde. Acevedo desde San Lorenzo que se siente más cómodo siendo único cinco, ante la imposibilidad de serlo (porque hay un ícono y en buen nivel como Almeyda), tal vez sería bueno ubicarlo más adelantado, como en partes del segundo tiempo.

Lamela por el centro pierde sus apariciones sorpresivas y su gambeta en el mano a mano contra el lateral contrario, sin embargo no llena el formulario de carrilero como requiere este planteo con línea de tres. Si bien podría ser un gran enganche, da la sensación de que no es momento. Pereyra y Ferrari también son buenas opciones para abrir la cancha, no obstante al tucumano le está costando mucho cobrar preponderancia y protagonismo, algo que Loncho lo supo hacer ayer.

Lanzini es otro que aún no se halla en el sistema. Lo mejor para él parecería ser más cerca de Pavone y siendo un mediapunta punzante como por ejemplo, Mouche. Incluso beneficiaría al nueve para pasar sus horas de soledad, no tan sólo.

En defensa la situación no es peor. Ante Tigre y Huracán tuvo la suerte de encontrarse con dos equipos tímidos, sin embargo, tuvo problemas. Adalberto Román con perfil cambiado y Díaz en un puesto que no siente (stopper), hace repensar la línea de tres: ni el DT está muy convencido ni tiene jugadores ideales como para hacerlo.

El domingo River volverá a rendir examen ante un Independiente algo desteñido aunque siempre peligroso. Todo debe cambiar: el planteo, la defensa y la creación. Medios tiene, deberá ponerlos a disposición y encontrar el mejor lugar de cada uno.

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