miércoles, 17 de noviembre de 2010

River le ganó a Boca en un bodrio clásico

Llegó el tan esperado y hablado superclásico. Sin embargo, ya finalizado y con algún tiempo pasado, el delirio de unos y la desazón de otros no tapa lo flojo del partido.

River fue superior permanentemente. Con una línea de cuatro sin trabajo, lo más destacado fueron las subidas de Ferrari. En el medio Almeyda y Acevedo hicieron un tándem por el medio que fue de lo mejor de la cancha. Para desequilibrar arriba estuvieron Lamela, Pereyra y Ortega, mientras que el único delantero nato fue Pavone. En Boca, volvió la línea de cuatro, de floja tarea, el mediocampo peor aún y una delantera sin chances.

Desde el comienzo que los locales estuvieron más incisivos. Algunos desbordes de Pereyra y apariciones de Lamela se destacaban, aunque llegadas natas no contó en el primer tiempo más allá de un remate de Erik desde afuera, un remate alto de Ferrari y una buena jugada de Ortega. Lo de Boca era pobrísimo, para colmo, a los ocho minutos (sí, ocho) Riquelme pidió el cambio por un dolor en el tobillo. Luego se retractó e intentó continuar, sin embargo en el entretiempo, Borghi lo sustituyó.

Sin creación, sin llegada por las bandas y con poca gente en el medio, lo del Xeneize fue paupérrimo. El único que se salvó fue el arquero Javier García, que ingresó al partido por la ventana tras el affaire Lucchetti-Borghi y respondió siempre bien.

Con Chávez en cancha, Boca no modificó su juego. Seguía igual de inconsistente, con mucho pelotazo y nada más allá de pedidos de falta adentro del área. Del otro lado, Caruzzo metió la mano adentro del área y era penal para la Banda, sin embargo, Baldassi –de discreto arbitraje-, la consideró casual. Minutos después, llegó la única acción que podía modificar semejante bodrio: un corner. Centro de Lamela, diagonal de Maidana (que pierde la marca de Caruzzo) y el ex Boca se anticipa a Palermo y a Battaglia para con un cabezazo tremendo poner el 1-0.

Monzón y Viatri fueron las últimas variantes del ciclo Borghi. Ninguno de los dos pudo modificar la situación, sino hasta empeorarla. El fail del zurdo quedará en la historia, como sus centros a la medialuna o las diagonales en vez de ir hasta el fondo. El caso del delantero es particular: mientras desde el entorno aseguran que estaba lesionado, otros dicen que también se enojó con el entrenador. Desde el punto de vista táctico, los jugadores volvieron a fallarle al Bichi con sus actuaciones. Como dijo hace un rato tras presentar su renuncia: su salida es para descomprimir.

La cuestión, es que pasaron los minutos, River se reacomodó con una línea de cinco, aunque ya nada importó, porque Chávez en dos oportunidades tuvo mala puntería. Lamentable partido, en donde lo más destacado volvió a ser el marco: el color, los papeles, la multitud.

Se fue Borghi, se fue Cappa. Jota Jota López y Pompei parecen quedarse como interinos hasta final del torneo. River y Boca son tan parecidos y mezquinos que deberían haber empatado 0-0. 


Afiches de River. Slide realizado por La Pelota No Dobla

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