jueves, 15 de octubre de 2009

Objetivo cumplido

“Para reír, primero hay que saber sufrir”, dice un viejo dicho. La actuación del seleccionado nacional en el Centenario de Montevideo fue casi un calco a esa enseñanza. Los dirigidos por Diego Maradona se jugaban una parada bravísima, en condición de visitante contra Uruguay. Ambas selecciones buscaban de forma directa el pasaje al próximo mundial. Argentina contaba con un poco más de oxigeno dado que por tener un punto más que sus pares charrúas y dos más que los ecuatorianos, desarrollando un juego de forma ordenado y tranquilo podría asegurarse un lugar en la próxima Copa del Mundo.

El estadio estaba repleto a la espera de una victoria local que desate la fiesta, pero en 90 minutos todo podía pasar. Los primero 20 minutos del encuentro la celeste salió a pasar por arriba a la Selección Argentina, que no mostró un buen circuito y fluidez de juego desde que Maradona es su DT. Con un línea de cuatro, aguerrida, en el fondo, los dirigidos por Maradona controlaban las envestidas uruguayas y trataba de salir de contra por los laterales aprovechando la gran velocidad de Di María y Gutiérrez. Arriba esperaban asechando Higuian y Messi. El partido insinuó ser de ida y vuelta, pero la fricción y las imprecisiones por ambas partes se empezaban a ser notar. Los locales intentaban crear peligro buscando a Suárez y Forlan, pero la figura de Mascherano y el temple de Verón tomaban partida en el juego. Sin muchas jugadas de peligro en ambas porterías, el juego se dirimió en la mitad de la cancha, la que parecía ser un campo de batalla ante cada balón en disputa. El 0 a 0 parecía inamovible tanto en tierras orientales, como en las transandinas, donde Chile empataba por el mismo marcador ante Ecuador. De seguir así, Argentina entraba directo al Mundial y Uruguay (que tres fechas atrás estaban afuera de la pelea) iba al repechaje. Tabarez como Maradona seguían cada jugada del partido pero con una oreja en Chile. Messi no aparecía en escena, Higuain luchaba como podía, Verón se hacia caudillo del equipo y trababa de abrir el juego de un mediocampo uruguayo que se cerraba bien sobre sus líneas. Sin sorpresas se iba al entretiempo.

Comenzando la segunda mitad, Uruguay trató de avasallar al combinado argentino que con su firme defensa (de muy buen labor) y Mascherano impedían cualquier tipo de peligro. No obstante la Selección Argentina no mostraba una faceta futbolística que permita soñar con desarrollar un bien juego. Llegando a los 20 minutos del complemento, el Centenario explotó y se grito el tan ansiado gol de Chile, que le daba más tranquilidad tanto a los dirigidos por Tabarez como a los de Maradona. Con el resultado puesto del otro lado de la cordillera, en Montevideo el juego entró en una meseta. Ninguno de ambas selecciones intentó atacar, salvando algunos tiros de larga distancia por parte del combinado uruguayo. El técnico argentino intentaba que Messi se haga eje del juego, pero su intención fue nula. Da la sensación que el delantero del Barcelona se olvida de jugar cada vez que defiende la casaca albiceleste. Con Bilardo dando indicaciones, refugiado en le túnel del vestuario, se realizan dos modificaciones en la escuadra visitante, Bolatti por Higuain y Monzón por Di Maria.

El juego se terminaba con un aburrido desarrollo, pero a los 85 minutos de la segunda mitad, Gutiérrez disputó una pelota larga con el lateral uruguayo, quien al verse derrotado por la superioridad del volante argentino le cometío una falta cerca del área local. Esa infracción derivo a que, luego de un disparo de Verón, Bolatti recibiera solo en el área local y definiera con gran clase y ponga el 0 – 1. El estadio enmudeció, no podía creer lo que pasaba, y Argentina conseguía su primera victoria en condición de visitante con Maradona como técnico. Los hinchas imploraban para que finalice el encuentro en Santiago de Chile.

A dos minutos del final, el público local festejaba como propia la victoria chilena que le aseguraba el pasaje al repechaje. El final del juego desató la locura para el plantel argentino, con un Maradona eufórico, insultando a los periodistas. Bilardo llorando como un chico que encuentra tranquilidad en los brazos de Verón. La cara opuesta la mostraba el seleccionado charrúa, que pese a la frustración tiene esperanzas de ir a Sudáfrica, pero para eso primero debe disputar dos encuentros contra Costa Rica.

El objetivo se cumplió, Argentina ya tiene los pasajes asegurados para la gran cita futbolista del año próximo. Falta pulir detalles entre Grondona y Maradona para determinar si sigue como DT del combinado albiceleste. Es momento de disfrutar de esta clasificación que tanto trabajo costo obtener, pero sin dejar de pensar que a esta selección le falta mucho trabajo, por parte del técnico, para mejorar sus producciones y que no solo de arengas se ganan los partidos.

Además:
Chile 1-0 Ecuador
Venezuela 0-0 Brasil
Paraguay 0-2 Colombia
Perú 1-0 Bolivia

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