jueves, 25 de junio de 2009

Copa Confederaciones días siete y ocho

Porque es fútbol es una respuesta que tapa muchas otras cosas. A veces es cierta, otras es la excusa perfecta. Esta vez, les juro que es verdad, que el único motivo para explicar esta apasionante copa es “porque es fútbol”.

Con Brasil y España en semifinales llegando como líderes indicutidos y Estados Unidos que entró por la ventana y Sudáfrica sin convencer demasiado, aunque siempre con la condición de local. A priori, europeos y sudamericanos disputarían una final a todo color. Ya verán que pasó.

Estados Unidos y España jugaron ayer. Recordemos un poquito como llegaban: EE UU ganó un solo partido (el último) por 3-0 y entró cuando nadie lo tenía en cuenta sobrepasando a Italia y a Egipto, rival al que vapuleó. España si ganaba llegaba al récord único de victorias consecutivas y partidos sin perder.

En ese marco, la gente expectante con sus vavezuelas desde las tribunas se llevó un partidazo. Comenzaron palo y palo, con una defensa española dubitativa y los delanteros norteamericanos jugándose la vida, corriendo todas y generando peligro en el arco de Casillas. Los ataques por el otro lado, eran menos contundentes y con menor claridad. De todas maneras, no dejó de ser inesperado cuando a los 27 minutos de haber empezado el encuentro, Altidore le ganó la posición a Capdevila y marcó el primer gol del partido, 300 en Copa de las Confederaciones.

El primer tiempo terminó con los blancos con la soga al cuello, muchísimas complicaciones por la banda de Bocanegra, aunque con el marcador que los avalaba. El pitido de Larrionda fue un desahogo.

Para los segundos cuarenta y cinco, del Bosque no propuso ningún cambio y paró al equipo unos metros más adelanta más allá que no logró mayor profundidad. Dempsey, Donovan y Bradley se hacían fuertes en el medio buscando el contragolpe. En una falla de Sergio Ramos llegó el segundo tanto que sentenció a la Furia después de una contra, casi sin defensores. Dempsey, una de las figuras y revelaciones de la Copa fue quien remató.

La carne al asador siguió y como pudo EE UU se defendió. Se fue expulsado Bradley, y aparecieron caras nuevas, pero no pudieron ante unos centrales bien plantados y el arquero Howard como última instancia. Más de 20 remates al arco, más de 17 córners datan de una debilidad del último campeón europeo. A simple vista, le cuesta romper el molde de equipos bien parados defensivamente. Fue contra Irak que al no tener nada para acompañanar arriba, no marcó goles y esta vez se aprovechó Estados Unidos.

En el segundo partido, finalizado hace instantes, Brasil puntero del grupo B, jugaba contra Sudáfrica, segundo del A. Ramires por un lado y un tiro libre por el otro, era lo escaso que nos ofrecía la otra semifinal en casi treinta minutos. Brasil parecía perdido en la cancha, mientras que los africanos –por primera vez, sin presión de ganar- parecían más cómodos y más cerca de Júlio César.

El segundo tiempo tampoco tenía acciones muy destacables y la única esperanza para ambos era una jugada aislada para ponerse en ventaja. Luis Fabiano falló un mano a mano, pero a dos del final, con Dani Alves recién ingresado, metió un tiro libre perfecto que le dio la clasificación verdeamarelha y dejó a un lado la idea de la final entre dos “chicos”.

Sí, esto es fútbol. Esto es Copa de las Confederaciones, que edición tras edición vuelve más emocionante y nuevamente tendrá una final entre americanos. El Mundial está más que abierto: falta un año, España no es invencible, Brasil no baja los brazos, Italia es una incógnita y la posibilidad de tener alguna sorpresa es muy factible. Lo único confirmado, más allá que la gente en esta copa no llene los estadios y muestre demasiado interés, el Mundial será en Sudáfrica y las entradas están en gran mayoría vendidas. Sin dudas, gran tranquilidad para la FIFA que a un año de la gran cita, organiza todo para que salga bien.

Final: 28 de Julio-Ellis Park de Jonnasburgo-Estados Unidos vs. Brasil

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