viernes, 10 de abril de 2009

Talón de aquiles del Emperador

Una de las tantas muestras que no le permitieron ser el Nº1 del mundo

Adriano, para mí uno de los últimos mejores brasileños, sumó un nuevo escándalo en su historia lo que derivó en algo impensado para muchos, pero lógico y previsible desde otro perspectiva.

Tras los dos partidos de Eliminatorias, el Emperador no volvió a Milán a los entrenamientos de su club el Inter. Lo buscaron por todos lados y no dieron con su paradero hasta que ayer presentó un video desde su favela nativa pidiendo perdón y demostrar que estaba vivo a pesar que algunos medios decían lo contrario.

La llegada de la bestia a su lugar de origen se dio después de una fiesta en la que pasó de todo que compartió entre otros con Robinho en Brasil. Además, algunos lo acercaron a narcotraficantes, dijeron que participó en un tiroteo entre ellos y la policía y hasta se habló de una posible enfermedad mortal para él que lo tenía a mal traer.

La situación es que los del Inter ya lo habían cedido una vez y se molestaron cuando no aparecía, aunque más aún en el momento que el delantero dio una conferencia afirmando su retiro a pesar de tener contrato hasta 2010 con los neroazzurro. Dijo que no era feliz, que sentía muchas presiones y que con 29 años quería disfrutar de algo.

La realidad es que siempre le gustó más el alcohol y la fiesta que el fútbol y lo que él sintió es lo que les pasa a muchos. Se le van los millones a la cabeza y así terminan. Lo que a un jugador le afecta futbolísticamente –quizá el no tener tiempo para la familia, muerte de un ser querido- a Adriano lo llevó al retiro provisorio. Porque, aunque parezca, los jugadores también son personas.

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