jueves, 27 de noviembre de 2008

San Pedro


Hay muchísimos hinchas de Boca, que van en contra de su entrenador, Carlos Ischia, pero hay que reconocerle algunos aciertos, guste o no.

Para mí hay una cosa esencial de él en su dirección técnica y es que encuentra para cada jugador y partido el reemplazante exacto. Además de que hay un mérito de Maddoni y de los muchachos de las Divisiones Inferiores, obviamente incluyendo a los propios jugadores y el presidente, el pelado fue el único que se la jugó por ponerlos y darles confianza como para que jueguen.

Encontró en Forlín, Roncaglia, Muñoz, Mouche, Viatri, Noir, Gaitán entre tantos, a los jugadores que el equipo necesitaba. Y más allá de que son todos muy buenos, por lo general dio en el clavo. Se puede nombrar las primeras fechas de Noir, el presente de Viatri, hace unas fechas Mouche y muchos más. El recambio está a un paso y a Ischia no le está temblando el puslo para hacerlo.

De todas maneras hay otro hecho que aconteció en el pasado fin de semana y también fue mérito del pelado. Ubicar a dos jugadores que se lucieron en Tucumán y no eran muy tenidos en cuenta. El primer caso es el de Álvaro González, quien no estaba jugando mucho, pero demostró el otro día poder ser la rueda de auxilio perfecta de Battaglia. Contra San martín se corrió todo, recuperó muchísimas pelotas, jugó y a pesar de perder muy de vez en cuando la brújula, fue de los mejores.

El otro que también dio la nota fue Luciano Figueroa quien estaba por detrás de los juveniles, pero desde esta semana se empezó a hablar de un doble nueve: sin dudas dio resultado, ya que tanto él como Viatri conviertieron los goles de la victoria y a pesar de no contar con Riquelme (¿jugó?) se las arreglaron muy bien.

Cuando puso a los pibes, le dieron resultado, cuando puso a los suplentes también. Si Bianchi es Dios, él es su mano derecha, San Pedro.

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