Tigre que llegaba como puntero y revelación, visitó el siempre difícil Diego Armando Maradona. Justamente fue Argentinos, quien desnudó sus fallas defensivas por medio de dos pelotas paradas y a pesar de jugar con algunos suplentes por el partido de Copa, el Matador de Victoria no les movió ni un pelo.
Ese caso es totalmente entendible por ser un equipo chico que mantiene el objetivo de estar tranquilos en el promedio e intentar el ingreso a alguna Copa. Además, el Matador venía de una victoria sobre la hora donde no había jugado mucho mejor y como si fuera poco, empezó a cometer algunos errores defensivos, probablemente fruto de la presión, nervios y juventud de la mayoría del plantel.
El domingo, se jugaba sin exagerar, el partido del campeonato. Si ganaba San Lorenzo se alejaba a tres de Tigre y a seis de su rival, Boca. La victoria de los segundos, iba a concluir con tres punteros ya que se sabía la suerte del otro primero.
Comenzó activa la historia, con Boca con ganas y un San Lorenzo que hacía lo que podía. Riquelme encontró el gol rápidamente tras un centro que nadie desvió y esa jugada que parecía aislada terminó definiendo el partido y hasta quizá el torneo.
El Cuervo no encontró reacción y jugó igual o peor que vs. GELP o Racing. Sin dudas, era la debacle del equipo que hace dos fechas era el campeón indiscutido. En el segundo tiempo, Boca le cedió el espacio al Santo, le permitió adueñarse de la pelota y llegar a su arco con mayor facilidad.
El regalo no lo aceptaron y de hecho, con pases erróneos, centros desviados y remates a la popular, desaprovecharon todas las oportunidades. Tan sólo Acevedo tuvo un cabezazo que se fue muy alto.
Boca, no hizo mucho para evitar los goles de San Lorenzo y casi que se encontró con la victoria. Si fue así, uno de los grandes responsables fue Sebastián Battaglia, quien cada vez juega mejor, está en un estado físico envidiable y es el alma del equipo sobre todo cuando más lo necesita. Quizá su poca carisma, su trabajo callado hacen que no se lo reconozca tanto, pero es una de las claves del Xeneize.
Para cerrar, vale destacar, la floja tarea de quien hasta hace tres fechas era la principal figura de los Carasucias: Cristian Ledesma. Contra Racing pegó desde el minuto uno, por cinco amarillas no jugó con Gimnasia y el último domingo no manejó el partido como solía hacer.
Sin dudas que está a tiempo todavía el equipo de Russo a levantarse y salir de esta situación. Boca también debe mejorar a pesar de los resultados, porque como dice mi abuelo “este equipo casi-gol” genera pero no concreta. Tigre ahí está, esperando algún traspié y haciéndose fuerte en el Monumental de Victoria.
Quedan seis finales y el trinomio de arriba debe mejorar para no perder ritmo.
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