Desde hace tiempo que nos creemos los mejores y no les ganamos a nadie. Desde hace tiempo nos complican los equipos más fáciles. Desde hace tiempo, criticamos únicamente al árbitro. Desde hace tiempo, que no jugamos bien, desde hace tiempo que la selección ABURRE. Y a no darle más vuelta.
Hoy era una buena oportunidad para reconciliarse con el buen juego, ganar, la gente, etc. Se empezó el partido como para, pero después, a medida que se escondía el Sol en la tarde de Nuñez, el equipo veía la noche…
El marcador se abrió tras una jugada bastante insólita. Un defensor despejó, el rebote dio en el referí y le cayó a Riquelme. El 10, de floja tarea, lanzó un centro perfecto para la sorpresiva aparición de Messi en el segundo palo y de cabeza.
El buen nivel se mantuvo y llegó el segundo gol antes de los veinte. Un centro tal cual al anterior le llegó al Cuchu Cambiasso, quien le dio de bolea. La pelota se estrelló en el palo y la viveza y oportunismo del Kun para capturar el rebote, ampliaron la diferencia.
Acto continuo, un desborde de Tevez, para la diagonal de Messi que ajustado por el defensor, definió cerca del primer palo. El partido era claramente dominado por el local. En Uruguay se veían infracciones muy fuertes -en especial a Lio- y una imprecisión notable.
En un choque entre Mascherano y Fucile, salió lesionado el defensor, en el primer tiempo. Argentina contó con un delantero área -Agüero-, uno por izquierda -Tevez-, un enlace -Rquelme- y un wing derecho -Messi-.
En los buenos momentos esas eran las ubicaciones: lo único que no termina de convencer es el Kun de nueve. Mascherano y Cambiasso se corrían la vida en mitad de cancha y manejaban muy bien la situación. A la defensa se la vio peor que nunca, en especial Burdisso y algunas llegadas tardes de Demichelis.
El primer tiempo, pero Uruguay provocó un corner. Luis Suárez lo ejecutó mal, el defensor argentino despejó a medias y le regaló una pelota a Diego Pérez que esperaba el rebote. Le dio fuerte a raz del piso, Demichelis se barrió para evitar que vaya al arco y lo logró. En la segunda jugada, todos los defensores se quedaron mirando, el ejecutor del corner principal lo recibió y tiró un buscapié letal. Lugano encontró la pelota y descontó.
Totalmente injusto para una selección que manejaba los hilos del encuentro, que había desperdiciado algunos goles, pero siempre propuso más que el de enfrente.
Para los segundos cuarenta y cinco minutos se esperaba una reacción del equipo marcando un tercer tanto y tranquilizando las aguas, más allá de ir ganando.
No sólo no se logró, sino que se cayó en el inverosímil juego de los charrúas que proponían patadas, choques y problemas. Esto sumado a la poca autoridad del árbitro paraguayo, se armó una verdadera batalla campal en cada pelota dividida sin consecuencias.
Un enganche y remate de Tevez y una definición cruzada de Agüero, fueron las únicas cosas que propuso el team de Basile. El resto fue, tirar patadas, provocar choques, renegar contra Torres el juez principal y tirarse atrás.
Riquelme fue reemplazado por Ledesma de correcto partido -salió chiflado-, Agüero por Diego Milito y sobre el final Messi por el Cata Díaz. En los visitantes, se vio poco de Abreu -después reemplazado por Bueno y Chevantón- y un mediocampo de cuatro picapiedras únicamente dispuestos a pegar.
En vez de gozar y mostrar la pelota, Argentina cayó en el juego y eso obviamente provocó golpes y tarjetas que complican de cara al próximo miércoles.
Una vez más, el juego del equipo de Basile no fue acorde a la circunstancia, contra Chile pagará los platos rotos y los que tuvieron la ilusión de una victoria como local a lo grande, deberán esperar hasta Diciembre como mínimo.
Hoy era una buena oportunidad para reconciliarse con el buen juego, ganar, la gente, etc. Se empezó el partido como para, pero después, a medida que se escondía el Sol en la tarde de Nuñez, el equipo veía la noche…
El marcador se abrió tras una jugada bastante insólita. Un defensor despejó, el rebote dio en el referí y le cayó a Riquelme. El 10, de floja tarea, lanzó un centro perfecto para la sorpresiva aparición de Messi en el segundo palo y de cabeza.
El buen nivel se mantuvo y llegó el segundo gol antes de los veinte. Un centro tal cual al anterior le llegó al Cuchu Cambiasso, quien le dio de bolea. La pelota se estrelló en el palo y la viveza y oportunismo del Kun para capturar el rebote, ampliaron la diferencia.
Acto continuo, un desborde de Tevez, para la diagonal de Messi que ajustado por el defensor, definió cerca del primer palo. El partido era claramente dominado por el local. En Uruguay se veían infracciones muy fuertes -en especial a Lio- y una imprecisión notable.
En un choque entre Mascherano y Fucile, salió lesionado el defensor, en el primer tiempo. Argentina contó con un delantero área -Agüero-, uno por izquierda -Tevez-, un enlace -Rquelme- y un wing derecho -Messi-.
En los buenos momentos esas eran las ubicaciones: lo único que no termina de convencer es el Kun de nueve. Mascherano y Cambiasso se corrían la vida en mitad de cancha y manejaban muy bien la situación. A la defensa se la vio peor que nunca, en especial Burdisso y algunas llegadas tardes de Demichelis.
El primer tiempo, pero Uruguay provocó un corner. Luis Suárez lo ejecutó mal, el defensor argentino despejó a medias y le regaló una pelota a Diego Pérez que esperaba el rebote. Le dio fuerte a raz del piso, Demichelis se barrió para evitar que vaya al arco y lo logró. En la segunda jugada, todos los defensores se quedaron mirando, el ejecutor del corner principal lo recibió y tiró un buscapié letal. Lugano encontró la pelota y descontó.
Totalmente injusto para una selección que manejaba los hilos del encuentro, que había desperdiciado algunos goles, pero siempre propuso más que el de enfrente.
Para los segundos cuarenta y cinco minutos se esperaba una reacción del equipo marcando un tercer tanto y tranquilizando las aguas, más allá de ir ganando.
No sólo no se logró, sino que se cayó en el inverosímil juego de los charrúas que proponían patadas, choques y problemas. Esto sumado a la poca autoridad del árbitro paraguayo, se armó una verdadera batalla campal en cada pelota dividida sin consecuencias.
Un enganche y remate de Tevez y una definición cruzada de Agüero, fueron las únicas cosas que propuso el team de Basile. El resto fue, tirar patadas, provocar choques, renegar contra Torres el juez principal y tirarse atrás.
Riquelme fue reemplazado por Ledesma de correcto partido -salió chiflado-, Agüero por Diego Milito y sobre el final Messi por el Cata Díaz. En los visitantes, se vio poco de Abreu -después reemplazado por Bueno y Chevantón- y un mediocampo de cuatro picapiedras únicamente dispuestos a pegar.
En vez de gozar y mostrar la pelota, Argentina cayó en el juego y eso obviamente provocó golpes y tarjetas que complican de cara al próximo miércoles.
Una vez más, el juego del equipo de Basile no fue acorde a la circunstancia, contra Chile pagará los platos rotos y los que tuvieron la ilusión de una victoria como local a lo grande, deberán esperar hasta Diciembre como mínimo.
-Agüero: dolor en el cuádricep. En evaluación si juega o no.
-Demichelis: fuerte golpe en el tobillo. En evaluación si juega o no.
-Mascherano: repetidos golpes en la canilla. En evaluación si juega o no.
-Riquelme: segunda amarilla. No estará vs. Chile.
-Tevez: segunda amarilla. No estará vs. Chile (es la tercera vez que no puede jugar dos partidos seguidos por suspensiones).
Se perfilan:
-Diego Milito
-Gonzalo Bergessio
-Cristian Ledesma
-Fabricio Coloccini
Figura LQFG:
Esteban Cambiasso. Acompañante ideal en el medio para Mascherano, generador de juego, recuperador de pelotas, artífice principal del segundo gol. El más regular y completo del equipo…
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