The Fix. Soccer and Organized Crime, es el título de un libro de investigación sobre la corrupción en el fútbol escrito por el reconocido periodista canadiense Daclan Hill. Una obra que deja en evidencia, una vez más, que el millonario mercado asiático y las apuestas clandestinas son el eje del mal de un tiempo a esta parte. Y la FIFA, por supuesto, descree de lo expuesto, pero admite que, si esto sucedió, el trabajo de su presidente, Joseph Blatter, sería un fracaso.
El revelador informe, publicado el último lunes en Berlín, denuncia, con testimonios de los protagonistas directos y mafiosos involucrados, numerosos casos de corrupción en partidos de la Premier League y en los Mundiales de 2006, 1990 y 1998.
Hill entrevista en su libro a Lee Chen, nombre ficticio que utilizó para cubrir al hombre de posibles represalias y lo interroga acerca de “cuál fue el partido más grande de todos los que ha arreglado”. La respuesta del chino fue lapidaria: “¿En Juegos Olímpicos? ¿En mundiales? No sé, ¿qué es más grande?”. El agente, como cuenta el periodista Ezequiel Fernández Moores en el diario La Nación, se jacta de poder arreglar partidos “en cualquier lugar del mundo”.
El periodista, por otra parte, sí menciona el nombre real de la persona que pagó 30.000 dólares por cabeza a ocho jugadores y a dos dirigentes de Ghana para dejarse ganar por más de dos goles de diferencia por Brasil, como lo indicaban las apuestas, en el Mundial 2006 (hay que recordar que ése partido terminó 3-0). El hombre es Abukari Damba, un ex arquero que ya negó acusaciones en su contra y, vaya ironía, está acusado por haber sobornado en 2007 a una selección Sub 23 de su país, que se dejó vencer por Irán en un juego amistoso.
Por otro lado, Hill también entrevistó en su libro al extraordinario futbolista ghanés Stephen Appiah, quien rechazó las denuncias en su contra, pero admitió que sí aceptó 20.000 dólares de apostadores asiáticos porque era “para ganar” en sendos partidos del Mundial Sub 20 de 1997, en Malasia, y de los Juegos Olímpicos de Atenas, en 2004.
En otro de los capítulos de The Fix, Hill cuenta que los arreglos suelen ser mucho más sutiles que un penal sobre la hora, una expulsión infantil o un gol en contra. Afirma derrotas previsibles, pero por marcadores precisos. “Si total van a perder, ¿por qué no hacerlo con 30.000 dólares en el bolsillo?”, pregunta uno de los corruptores a un jugador.
"Si tu debilidad son las rubias tendrás rubias; si eres adicto a las drogas tendrás drogas”, manifesta a Hill el mafioso arrepentido Michael Franzese.
El libro consta de 200 páginas, llevó largos años de investigación y el sociólogo realizó más de 200 entrevistas en Malasia, Singapur, Bangkok, Londres, Berlín y hasta en las oficinas de Blatrer en Zurich, Suiza.
Supergol
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