Lionel Messi y la decisión de ir a los Juegos o no y la de Ahumada, Bravo, Barrientos y todo Racing para recibir más plata en sus fichas contractuales. Es que ahora dejaron de ser los títeres de los clubes, ahora son manipulados por los representantes que con un poco más de idea en esos temas, insisten.
A la Pulga lo metieron en una situación muy difícil como es la de tomar una decisión por dos cosas muy buenas y lindas: Champions o los Juegos. En la selección y en el Barça lo quieren tanto que el pobre teme a perder el amor de su gente. No se le puede pedir al joven que decida -como dijo su padre- porque lo condicionaría con alguno de los dos, tampoco pedirle carácter en una situación compleja. Es lógico que protesten los españoles, pero Grisales y Falcao se perdieron más de un partido por amistosos de su selección.
Estamos en un momento que se llega a creer que ser convocado es un problema y no premio como era antes. La única solución está en que Blatter como pope de la FIFA haga una regla que obligue a los clubes a ceder a sus jugadores en competiciones oficiales y así evitar tironeos. Otra de las salidas podría ser que cuando haya Juegos Olímpicos se atrasen las fechas y así Riquelme, Heinze, Burdisso, Coloccini y el mismo Lionel puedan estar y después llegar bien para sus clubes.
Por favor, a los que opinan del tema Messi no le pidan decisiones porque él es víctima de un sistema desordenado y con su corta edad no va a definir el futuro. Ojalá sea un caso que sirva para después acertar en la ley.
En nuestro fútbol también hay algunos problemas, como dijimos antes. Oscar Ahumada, Martín Bravo y Hugo Barrientos vivieron situaciones difíciles. Tras buenos torneos de cada uno, piden un aumento salarial ya que se les vence el contrato y deberían renovar.
Con el 5 de River, le aumentaron tras idas y venidas y chances de emigrar. Bravo salió disparado a México cuando se enteró que iba a seguir cobrando 1000 pesos en el sabalero. Barrientos espera por una resolución ya que lo suyo es que quiere más plata y Newell´s se lo quiere llevar.
Bueno, para ser sintéticos hay que saber que esto ocurre porque hay tres partes (se hace referencia al refrán, “Muchas manos en un plato hacen un garabato”, o algo así) que quieren defender sus derechos. Una es el club dueño hasta el vencimiento del contrato. La otra es el jugador con su representante y la tercera es el que come de las migajas, los rebotes para meter púa en el caso.
Los dos primeros defienden su bolsillo pero no coinciden, entonces llega la amenaza de irse, pero si lo dejan ir, no le entra plata al club. Por fin, deciden firmar contrato por lo que pedía el jugador y lo venden después. Este es el esquema común que se vio seguido en este tiempo y que tanto ocurre.
La solución ya fue puesta y es que los jugadores menores de 23 años son de un club y as´pierde fuerza la patria potestad y la posibilidad de que jugadores menores emigren al mejor estilo Coloccini, Trejo y Nayar entre otros.
Para cerrar, uno que está de afuera, lo único que tiene que hacer es esperar por una solución buena para todos y entender que el jugador no es mercenario sino que defiende su bolsillo. Clubes, jugadores, representantes; amores (?) en tiempos del triángulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario